La era digital ha sido significativamente moldeada por contribuciones de diversos sectores, pero uno de los más pasados por alto es el papel de las mujeres en la computación. Desde los primeros días de los cálculos científicos hasta la era moderna de la tecnología de la información, las mujeres han sido fundamentales para el avance de la tecnología informática. Sin embargo, sus historias a menudo permanecen sin ser contadas.
La primera programadora de la historia
Ada Lovelace, cuyo nombre completo es Augusta Ada King, Condesa de Lovelace, es considerada la primera programadora de la historia, más que ingeniera de software en el sentido moderno. Nacida en 1815, Ada fue una matemática y escritora inglesa conocida principalmente por su trabajo en la máquina analítica de Charles Babbage, un temprano precursor de la computadora moderna.
Ada Lovelace fue la primera en reconocer que la máquina tenía aplicaciones más allá del simple cálculo numérico, y publicó el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina. Por este motivo, se le atribuye haber escrito las primeras instrucciones para una computadora, lo que la convierte en la primera programadora de computadoras del mundo.
Su visión de la capacidad de las computadoras para ir más allá de la mera aritmética y su comprensión de la relevancia de la máquina en el futuro, junto con sus notas sobre la máquina analítica de Babbage, son consideradas proféticas del futuro potencial de las computadoras y la programación. Por ello, Ada Lovelace es una figura icónica y celebrada en la historia de la informática.
La primera ingeniera de software en la edad moderna
La primera ingeniera de software a menudo se considera a Margaret Hamilton.
Ella fue una pionera en el campo de la ingeniería de software y jugó un papel crucial en el desarrollo del software de navegación para el Programa Apolo de la NASA durante la década de 1960. Su trabajo en el desarrollo de software para el Apolo 11, la misión que aterrizó a los primeros humanos en la Luna, fue fundamental.
Hamilton acuñó el término "ingeniería de software" y es conocida por su enfoque en la fiabilidad y los métodos rigurosos de prueba de software, que eran innovadores en su tiempo.
Historía de la mujeres en el campo de la Computación y la Informática
Los Primeros Días
En el siglo XVIII, mujeres como Nicole-Reine Lepaute y Maria Mitchell realizaban cálculos científicos, predecían órbitas de cometas y computaban movimientos celestiales. Su trabajo sentó las bases para futuras generaciones de mujeres en ciencia y tecnología.
El Auge y el declive
Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres ingresaron a la fuerza laboral en gran número, dominando industrias como la enfermería y la enseñanza. Estos trabajos denominados Pink Collar carecían de oportunidades claras de mejora, tanto financiera como profesionalmente. Tradicionalmente, la programación de computadoras se consideraba un «trabajo de mujeres». A principios de la década de 1940, el campo era casi exclusivamente femenino y, como sector altamente feminizado, se volvió invisible. Los hombres de la industria de la programación consideraban que escribir código era tedioso: hacer software era secundario a hacer hardware. Fue solo cuando la programación se volvió prestigiosa, tras el surgimiento de la ciencia espacial, que comenzó a verse como "trabajo de hombres".
La mitad de los años ochenta marcó el pico de la participación de las mujeres en los programas de ciencias de la computación de pregrado en los Estados Unidos. Desafortunadamente, siguió un declive dramático, con cifras recientes que indican una caída a menos del 12% desde casi el 40%. Esta tendencia se refleja en Canadá y presenta una imagen preocupante de la diversidad de género en el campo.
Conceptos Erróneos y Barreras
Muchos conceptos erróneos sobre la computación persisten, desalentando a las mujeres a entrar en el campo. El estereotipo del "factor geek", que retrata la computación como un campo para individuos asociales pegados a sus teclados, tiene un impacto particularmente negativo en las estudiantes.
Cambiando la Narrativa
Los esfuerzos para atraer a más mujeres a la ciencia de la computación están en marcha, con comparaciones con las matemáticas mostrando promesa en cambiar las percepciones. Libros como "Gender and Information Technology" y "Athena Unbound" proporcionan información sobre las barreras sistémicas que enfrentan las mujeres y la necesidad de un cambio cultural hacia sistemas más inclusivos y colaborativos.
Perspectivas Globales
Mientras que los países occidentales muestran un consenso sobre la subrepresentación de las mujeres en la computación, países como Malasia exhiben una proporción de género más equilibrada en las carreras de TI. Esto se debe a percepciones culturales de la TI como un camino profesional viable para las mujeres, en lugar de un símbolo de estatus.
Hitos Histórico
Las mujeres han estado en la vanguardia de la computación desde el siglo XIX, con Ada Lovelace siendo reconocida como la primera en describir un lenguaje de computación general. El siglo XX vio a mujeres como Hedy Lamarr, Grace Hopper y las programadoras de ENIAC rompiendo nuevos caminos en la tecnología.
Logros Modernos
En años recientes, las mujeres continúan haciendo avances significativos en la computación. Figuras como Shafi Goldwasser, Barbara Liskov y Katie Bouman, con su algoritmo que ayudó a capturar la primera imagen de un agujero negro, son testimonios de las contribuciones en curso de las mujeres en el campo.
Conclusión
El viaje de las mujeres en la computación es uno de resiliencia e innovación. Mientras celebramos sus logros, es crucial continuar abogando por la igualdad de género en la tecnología.
Reconociendo las barreras y trabajando para desmantelarlas, podemos crear un futuro más inclusivo para todos los tecnólogos aspirantes.
Además, es importante destacar que Velneo, como empresa, cuenta con un plan de igualdad de oportunidades y un protocolo contra el acoso.
Estamos comprometidos con la creación de un ambiente laboral equitativo y seguro para todos nuestros empleados, promoviendo la diversidad y la inclusión en cada aspecto de nuestro trabajo.
